Apariencias

Capítulo 1

Tiffany Berner se despidió con la mano del padre de una de sus mejores amigas y bajó del auto acomodándose ligeramente los pliegues de su falda, le encantaba, su madre había tenido razón, sus piernas lucían geniales con ella.

Taia le decía a su papá algo  sobre que debería adoptar a Néstor al bajar, él se rió y se despidió de ambas arrancando el vehículo.

-¿Quieres de hermano al topo?, eso se llama insecto-, se burló Tiff mientras se encaminaban hacia la esquina de la calle, Tiara las esperaba sonriente.

-Es incesto y no lo quiero como nada-, le explicó su amiga, a ella siempre le había divertido la forma en que su Taia y su novio, Néstor, (a quien ella misma había apodado “el topo”) se comportaban, parecían no soportarse y sin embargo también parecía como si debajo de todo eso hubiera algo mucho más poderoso.

-¿Qué pasa?-, preguntó Tiara después de besar su mejilla.

Las Trix, que sus nombres empezaran con T era casualidad, pero eso aumentaba su popularidad.

-Tiff confunde a los insectos con los incestos-, bromeó Taia y todas rieron, sabían que aunque era típico de Tiffany ese tipo de comentarios que la hacían parecer tonta, no había nada más alejado de la realidad.

-Me encanta tu falda-, exclamó Ti casi en la puerta de la escuela, la preparatoria ya estaba casi a  reventar de estudiantes entrando a punto de sonar el timbre de la primera clase.

-Gracias

Tiff adoraba esa rutina, esos momentos y conversaciones, las adoraba a ellas, eran sus mejores amigas, eso nunca cambiaria aunque sí era sincera ya no todo era igual, desde que Tiara y Raúl eran novios, los momentos juntas se habían disminuido un poco, ella adoraba a Rul, en serio, su amiga tenía una sonrisa permanente desde que estaba con él, eso era todo lo que Tiffany deseaba para ellas, pero a veces se sentía como una tercera rueda o ¿era una quinta, si contaba  a Rul y al Topo?

Movió la cabeza, sabiendo que aparte de alejar sus pensamientos eso haría que su cabello se amoldara a sus hombros y sonrió mirándolas.

-¿Que toca?-, preguntó Tiara mirando discretamente hacia el pasillo, Tiff estaba segura de a quien buscaba.

-No quieres saber-, bufó Tiara y ambas gimieron, de todos era conocido la aversión de los estudiantes por el profesor que les impartía la primera clase, el hombre estaba enamorado con los números... y las letras con números, si pudiera haría una nueva religión de ello.

-Solo es una hora, pasará-, aseguró Tiff haciendo que sus amigas le fruncieran el ceño.

-Dime que no sigues con eso-, murmuró Tiara y ella rió

-¿Con qué?

-No puedes coquetear con un profesor Tiff, eso está fuera de los límites-, aseguró Ti, con la preocupación bailando en sus ojos.

Se limitó a sonreír al ver que Rul se acercaba.

-¿Qué esta fuera de los límites?-, preguntó él, dando a Tiara un beso en la mejilla

-El valor que no resuelve la ecuación-, contestó Néstor al pasar junto a ellos, saludó a todos y le devolvió un cuaderno a Tiara.

-Nerd-, afirmó ella a modo de saludo.

-Siempre cariño-, contestó él encogiéndose de hombros y entrando al salón, todos lo siguieron riéndose, todos menos Taia, claro.

Tiffany tenía razón, aunque terrorífica la clase repleta de funciones terminó y todos respiraron mejor, ella sacó su espejo y miró sus labios, aun conservaban algo de brillo.

-No es un juego-, le dijo Ti

Frunció el ceño sin comprender antes de darse cuenta que seguía con el tema del profesor Mercer.

Por un momento no supo cómo contestar, luego él entró al salón de clases y no tuvo que hacerlo.

Era el nuevo maestro de Idiomas, había sido contratado a mitad de curso lo que era raro, pero nada comparado con la rareza de su apariencia y edad, Gil Mercer era extremadamente atractivo, alto, piel blanca, espeso cabello negro y ojos de un azul cristal, sabía que tenía 35 y que no estaba casado.

Todas las chicas, hasta sus amigas se alinearon en sus asientos, casi con un suspiro, Tiff miró con una sonrisa como Rul giraba los ojos, Leo Valentine sonrió negando con la cabeza antes el club de fans del profesor y el topo solo siguió escribiendo en su cuaderno, todos los chicos de la clase creían que las chicas se comportaban de forma estúpida pero no odiaban a Gil, él se los ponía muy difícil, era simpático y un excelente profesor.

-Buenos días chicos-, saludó y todos contestaron a coro.

Entre uno que otro suspiro, Tiffany le sonrió cuando él la miro y él le regresó la sonrisa antes de comenzar la clase.

Le encantaba Gil, ya se los había dicho a sus amigas.

No muchos hombres le agradaban a Tiff, Rul y Néstor eran casi la excepción en chicos de su edad, solo porque sus amigas los habían elegido, ellos debían de haber probado tener algo bueno.

Casi nadie lo creería, de las Trix, ella era la que siempre estaba rodeada de chicos, le gustaba sentirse admiraba, todas las mujeres deberían sentirse así al menos una vez, pero eso no significaba que ellos le agradaran.

Psicológicamente tal vez eso se explicaba debido a que su padre era una palabra ausente en su vida, pero no le gustaba pensar así, gracias a su mamá no lo había necesitado, ella era una luchadora, le había dado todo, la adoraba, era su heroína.

-Tiffany-, escuchó su nombre a lo lejos y parpadeó, dándose cuenta que todos la miraban, Gil estaba mirándola con un ceño pero también una sonrisa.

-Creo que no tengo tu atención-, regañó

-Lo siento profesor-, sonrió ella intentando parecer dulce e inocente, deseando que no se notara su rubor.

Gil la señaló pero no dijo más y siguió preguntando a otro distraído, ella sonrió, Taia la miró con el ceño fruncido, alternando su mirada de ella al profesor.

Oh-oh

Trató de poner atención a la clase para que Gil no volviera a llamarle la atención, se lo debía.

Después de las dos horas de idiomas aun tenían una clase más antes del receso, así que cuando Mercer comenzó a juntar sus cosas, sus amigas  fueron hacia ella.

-Tienen cara de que van a regañarme

-Él no puede ser otro admirador Tiff-, explicó Tiara en voz baja.

-Aunque me encantaría  apoyar un escándalo escolar, no me gustaría que tuvieras problemas-, terminó Taia.

-No se preocupen, lo tengo controlado-, les sonrió, ellas la miraron casi exasperadas pero antes de que pudiera reírse y decirles algo más, Gil la llamó.

-Puedes venir un momento Tiffany, nos vemos el miércoles chicos-, se despidió saliendo del salón, se levantó haciendo una mueca a sus amigas y fue al encuentro del profesor.

-¿Me vas a regañar?-, preguntó ella bromista.

-Te estoy dando un castigo-, respondió él con una sonrisa torcida

-Extraño, yo diría que no te conviene hacerme enojar

-Si me doblegara contigo no funcionaría-, contestó riendo, ella se encogió de hombros.

-¿Que será?

-Tienes que ir al grupo de lectura después de clases, como yo he tomado su dirección sabré si no asistes.

Tiffany hizo una mueca, sabía que no era algo que enorgulleciera pero no le gustaba leer, no mucho.

-¿No podemos canjearlo por algo más?-, propuso ella alzando una ceja y él sonrió de nuevo

-Nop

-Solo por ti-, aceptó Tiffany, Gil rodeó los ojos, se despidió y se alejó por el pasillo, Tiff regresó al salón justo antes que entrara la siguiente profesora.

Ni Tiara ni Taia estaban muy contentas con el castigo, lo cual Tiffany no alcanzaba a entender muy bien.

A lo hora del almuerzo sentada junto a ellas trató de cambiar la conversación sin mucho éxito.

-Raúl y yo te esperaremos después del entrenamiento de futbol

-Igual podría decirle a Néstor que...

-No hemos ido al cine estas últimas semanas-, Tiffany lo intentó de nuevo

Ambas rodearon los ojos pero lo dejaron estar. Acordaron que Rul y Ti la esperarían.

El grupo de lectura se reunía en la sala de usos múltiples (sin usar) de la escuela. Estaba detrás de los edificios de salones de clases, Tiff caminó lentamente y se detuvo en la puerta, Gil estaba ahí, hablando con Belinerd y otras dos chicas, las tres tenían sonrisa tontas en el rostro.

Ella le saludó con la mano e hizo un puchero a lo cual él sonrió, las fans la miraron molesta y ella se sentó en una de las sillas pegadas a la pared sin hacerles caso.

Llegaron tres chicos más, uno parecía ser el novio de una de las fans y el típico amigo traído a la fuerza, el otro era un chico flaco y pecoso, tal vez de primero.

6 personas, ¡Qué gran grupo!

-¿Leeremos poesía profesor?-, preguntó una de las fans sin novio.

-No esta vez, Rafa pidió que retomaremos Cien años de soledad, cuando su anterior maestra se fue lo dejaron inconcluso.

Tiff notó como Belinerd rodeaba los ojos, Taia odiaba a la chica, ella tenía sus teorías acerca de ese sentimiento pero también había algo en ella que parecía falso, sacó una paleta de su mochila, la desvolvió y comenzó a chuparla mientras veía a Belinda acercarse a Gil.

-No está aquí, la verdad creo que él debería...

-Hola

Tiff se giró hacia lo voz que provenía de la entrada del salón, en la puerta estaba un chico grande (alto y fornido), muy atractivo, sonreía tenuemente, su cabello rubio casi brillaba, tenía un indicio de barba poco característico de un chico de diecisiete.

Los lentes de sol eran el toque justo de misterio necesario para interesar a cualquiera.

-Por aquí-, dijo Gil en voz alta y el chico sonrió a un más.

Caminó en línea recta hacia Mercer, Tiffany casi por instinto movió su cabello hacia un lado y le sonrió, él ni siquiera se giró a mirarla.

Gil lo saludó y todos tomaron asiento, el chico se sentó en la silla al lado del profesor sin decir más.

Era infantil, pero ella tenía la sensación de haber sido ignorada, trato de hacer contacto visual pero con los lentes oscuros que él llevaba era imposible.

Levantó la mano sonriendo hacia Gil.

-Dime Tiffany

-Si voy a estar aquí, quiero al menos ser la primera en leer

Gil sonrió mirándola divertido pero ella no lo notó, esperaba que el chico, ¿Rafa?, por fin la viera.

-¿Alguien nuevo?-, le escuchó preguntar y eso la hizo fruncir el ceño, enojarse sin mucho sentido.

-Si te quitaras los lentes oscuros tal vez lo hubieras notado, no son nada a la moda en lugares cerrados.

El chico se los quito, Tiff se encontró con los ojos grises más hermosos que hubiera visto en su vida, Rafa sonrió y habló de nuevo.

-Listo, a la moda, pero aún no hay mucha diferencia, temo que mi vista sigue sin ayudarme, soy Rafael, ¿Quién eres tú?

Cel.