Crazy

Capítulo 8

Micaela abrió los ojos lentamente frunciendo el ceño ante el color lila de la pared, le costó un poco recordar que su habitación era lila.

Sonrió negando con la cabeza y escondiendo el rostro contra la almohada.

-Tu habitación no es un tablero de ajedrez, ¿recuerdas?-, se murmuró a si misma soltando una risita.

Diablos, se parecía a la picara, se había vuelto una típica niña de trece haciendo corazones en el cuaderno.

¡Qué horrible!

¡Qué maravilloso!

Se giró para mirar el techo y se permitió decir las palabras, ese era el lugar adecuado, él no la escucharía.

-Estoy enamorada

Mica arrugó el ceño, sonaba cursi pero eso no impedía que las mariposas en su barriga hicieran su aparición.

Casi deseó haber despertado en la habitación de él, envuelta en su calor, con la barba haciéndole cosquillas en su hombro.

¿Por qué había pedido una noche libre?

Llevaba casi dos semanas saliendo con Zek.

¿Saliendo?, la palabra le causaba un estremecimiento, después de Héctor, el buscón, era la relación más larga que había tenido pero se sentía completamente diferente a pesar del corto tiempo.

Más profunda, más sincera, era casi aterrador.

Ni siquiera sabía cómo le podía llamar. ¿Vecino?, ¿Novio?, ¿Amigo?, ¿Amante?, ¿Semental?

Había dormido con él, tenido sexo con él (delicioso, sudoroso, divertido sexo), había comido con él, salido a correr con él.

Ninguna de las palabras parecía englobar todo eso.

Se giró de nuevo con el rostro contra la almohada y deseo que estuviera a su lado.

Se rió de nuevo recordando la pasada noche, habían pedido pizza para cenar, ella no había podido contener la carcajada que brotó en su pecho cuando le miró sentado en su sofá lila.

Él se había levantado y sin decir nada, la había cargado hasta dejarla recostada en mullido mueble.

Ella había buscado un beso y él se había alejado mirándola tendida, evaluándola.

-Desnúdate

Mica no podía creer que hubiera hecho poses eróticas en su sofá favorito, pero no se estaba quejando, había sido una de más excitantes encuentros.

-Soy adicto al color en ti-, le había dicho el enterrado profundamente en su cuerpo.

Se obligó a salir de la cama y dejar de soñar despierta, miró su reloj de pulsera y aunque ya era tarde quizás todavía lo alcanzara en el parque.

Se hizo un moño alto en el cabello, se puso unos short y una playera negra, sus tenis favoritos y salió a buscar a su compañero que había estado inusualmente callado, no era típico que no estuviera en la cama casi empujándola para salir.

Dejó de la habitación llamando a Fucking pero el perrito no vino a su encuentro.

Mica casi se pierde el verlo acurrucado en una esquina de la cocina, fue hacia él, esquivando lo que no podía decidir si era vomito o algo más.

Su compañero gimió bajito enroscándose más cuando ella acarició su cabecita, a Mica se le formó un nudo en la garganta.

-¿Que pasa hermoso?-, preguntó inútilmente lo alzó y el perrito se enroscó aun más entre sus brazos.

Lo meció unos minutos y él pareció relajarse un poco, dormitó entre sus brazos y ella colocó una manta al lado del balcón y lo dejó recostado mientras iba a limpiar la cocina rápidamente.

Se estremeció cuando lo encontró enroscado de nuevo.

Se pasó una mano por el rostro maldiciéndose por no saber qué hacer en esas circunstancias.

Fucking nunca, nunca se había enfermado.

Le acercó su tazón con agua y él se negó a beber, pasó sus dedos húmedos contra su boquilla y él lamió un poco pero después se enroscó de nuevo.

Por un momento Mica tomó el móvil, iba a decirle a Zek lo que pasaba y luego él...

Negó con la cabeza y volvió a guardar el celular, no estaba segura si lo primero que había hecho era pensar en contarle a él era lo correcto, Fucking se levantó y mirándola, casi como si se disculpara y vomitó en la manta.

Regresó a su habitación, tomó su bolsa con dinero e identificación, buscó la cartilla del veterinario de Fucking y salió hacia la sala, enjuagó la manta en la cocina y la dejó escurriéndose en el fregadero, tomó a su compañero en brazos y fue hasta la puerta.

Algo dentro de ella se calmó cuando al otro lado vio a Zek como si hubiera estado a punto de llamar.

Él frunció el ceño al mirarla.

-¿Que tienes?

Mica miró borroso

-Algo le pasa, ha vomitado dos veces y no quiere beber agua, no se mueve-, su voz se cortó al final, Zek le quito al perrito de los brazos y ella casi discutió, pero él acarició con una mano un lado de su rostro y limpió su parpado.

-Tranquilízate Candyfloss, vamos a llevarlo al veterinario, cierra.

Ella asintió y se giró para poner la llave a la  puerta.

En el jeep con Fucking nuevamente en sus brazos, Mica notó que Zek aun llevaba la ropa de deporte, unos pants negros y una camiseta también negra sin mangas.

Acarició la cabecita de su compañero y apretó los labios.

Después de que ella le diera la dirección de la veterinaria no habían dicho nada más, Mica debía recordar agradecerle.

Cuando él se estacionó por fin fuera del lugar donde había traído a su compañero desde que era un recién nacido para administrarle sus vacunas, ella se bajó y entró rápidamente.

En el mostrador había una chica que parecía ser practicante, Mica llamó su atención y le explicó el problema a grandes rasgos.

Cuando sintió la mano de Zek en su hombro, la chica ya había llamado al veterinario en turno y estaba haciendo una ficha apara Fucking.

Se lo llevaron poco después y tuvieron que esperar sentados en una de las cuatro sillas al lado del mostrador.

Cuando el médico veterinario salió a explicarles el estado de Fucking se quedo literalmente con la boca abierta al verlos, era un hombre de mediana edad con lentes sin montura.

-Enfóquese Doc-, Mica escuchó decir a Zek, un filo en su voz que hizo que el hombre reaccionara y se centrara en Fucking.

-Su perro esta deshidratado y tiene una infección estomacal, le dejaremos con suero por ahora y le daremos medicamento para detener la enfermedad, si todo sale bien podrá llevárselo por la tarde

Mica soltó el aire que estaba conteniendo.

-¿Puedo verlo?

Al salir del área donde permanecían a parte de Fucking otros dos perritos, ella quiso llevarse a su compañero inmediatamente, le habían puesto la aguja en el muslo de su pata trasera izquierda, él dormitaba, aunque ya no estaba encorvado.

Zek la esperaba de pie al lado de las sillas.

-¿Cómo esta?

Ella se encogió de hombros.

-Iré  por algo de comer, se nos pasará más rápido el tiempo-, le dijo él, Mica ya había dejado claro que no se iría de ahí hasta que pudiera llevarse  a Fucking.

-No tienes por qué quedarte hasta que salga

-Completamente de acuerdo Candyfloss, pero la bola de pelos también es amigo mío.

Regresaron al bloque de departamentos cerca de las seis de la tarde, Fucking aun parecía decaído, el veterinario le había dicho que tendría que estar dándole suero oral cada hora con una pequeña jeringa especial.

Iba a ser una noche larga.

Zek abrió el departamento cuando ella le dio las llaves y entraron en silencio.

No habían hablado mucho ese día.

Mica puso otra manta en el sofá y recostó a su compañero mientras Zek se sentaba del otro lado.

-¿Quieres un café?-, preguntó ella y él negó

-Mejor un te

Momentos después ambos tenían tazas en las manos y veían a Fucking dormir.

-¿Por qué ibas a tocar en la mañana?-, preguntó ella en voz baja, tenía la cabeza recargada en su brazo.

Por un momento creyó que no la había escuchado o que no le contestaría

-No te vi en el parque... además tenía algo que preguntarte.

Mica se enderezó mirándolo.

-Estaba pensando que podría llevar a los niños de la clase de primero del Padre Johan a la competencia de Miranda, como una salida cultural o una cosa así.

Mica sonrió, su primera sonrisa completa de todo el día

Cuando él le había contado a regañadientes donde iba cuando salía por las tardes varias veces a la semana, ella no lo podía creer del todo.

Cuando lo supo había dejado de pensar que estaba enamorándose de él a pensar que estaba ENAMORADA de él.

Ambos estaba contentos de que la picara hubiera quedado en tercer lugar en el concurso de Matemáticas, Sara había tenido que dejarla participar en la competencia de baile.

-Es una idea excelente-, le dijo y sin pensarlo se acercó para darle un beso en los labios.

Cerca de la media noche el sueño los estaba venciendo, Zek puso la alarma del móvil para que pudiera darle a su compañero la siguiente toma y ella se acurrucó en sus brazos.

***

Dos días después Fucking estaba como nuevo, ella sonrió cuando su amigo se subió a su regazo y la distrajo del libro que estaba leyendo.

Este no era por trabajo, lo acaba de comprar la semana pasada en una librería del centro, su compañero rascó con las patitas delanteras su brazo llamando su atención, ella suspiró.

-Sí, yo también esperaba que viniera hoy

A pesar de que había visto a Zek en la mañana, habían salido los dos fines de semana anteriores, era viernes, ella había hecho una deducción al parecer equivocada.

-Podría ir a buscarlo-, murmuró ella acariciando al perrito.

Fucking se quedo dormido poco después y ella lo dejó recostado en el sofá, se alisó un poco el cabello y salió del departamento para subir las escaleras del bloque.

Tocó la puerta suavemente dos veces y esperó, un largo momento, se preguntó fugazmente si él habría salido... sin ella.

Por fin la puerta se abrió (solo una rendija) y Zek se asomó con el ceño fruncido.

Ella sonrió algo nerviosa.

-¿Puedo pasar?-, preguntó con algo de incertidumbre en su voz

Se sentía tonta

Él no parecía... él.

Zek negó con la cabeza y cuando habló, ella pudo notar el olor de alcohol.

-Hoy no soy buena compañía Candyfloss, mejor mañana-, intentó cerrar la puerta

Mica sintió su sangre calentarse y su corazón comenzar a latir muy rápidamente, empujó la puerta haciendo que él detuviera el movimiento

-No vendré mañana-, le dijo

No rogaría, pero se merecía una explicación, algo le decía que Zek no estaba bien, quería que confiara en ella no lo dijo pero lo pidió con todas sus fuerzas.

No logró entender lo que él murmuró entre dientes quizás solo maldijo porque ella estaba de entrometida pero antes de que pudiera dar media vuelta e irse, abrió por completo y la jaló dentro, cerrando la puerta, recargándola contra esta, besando su boca con desesperación y... enojo.