Capítulo 1
Voy a llegar tarde, voy a llegar
tarde, voy a llegar tarde
La frase se repetía en mi cabeza
continuamente, traté de cambiarla por un pensamiento mucho más optimista pero
no lo logré, aún estaba medio dormida, corría por la calle lateral de la
escuela, mi falda se metía entre las
piernas, sentía un sudor pegajoso en mi cuello y espalda, esa sensación a
primera hora de la mañana incluso cuando no ha pasado la primera clase era
horrible, mi cabello se cruzó por mi rostro y soplé para alejar los mechones
mientras llegaba a la esquina, sentí un tremendo alivio al observar a los
siempre presentes autos frente a la entrada y los estudiantes corriendo para
llegar a los salones al pase de lista.
Troté un poco más, con la respiración
o la falta de ella, evidenciando mi falta de condición física y sentí como si
hubiera terminado un maratón cuando cruce la entrada, el vigilante en la
pequeña caseta que revisaba que todos portáramos correctamente el uniforme
pareció divertido al verme, fruncí el ceño y seguí caminado hasta que pudo
observar mi reflejo en una de las ventanas de las oficinas administrativas.
Mi cabello estaba tan revuelto por el
aire que parecía una peluca de película de terror, me pasé los dedos por las
puntas que caían por mis hombros y seguí caminando hacia el salón de clases que
para mi desgracia estaba subiendo las escaleras.
Odiaba quedarme dormida en el autobús,
casi siempre escuchar la música de mi reproductor era suficiente para permanecer
alerta y bajarme en la parada a dos cuadras de la preparatoria.
Llegué hasta el salón y miré al cielo
entre agradecida y molesta, el maestro de Biología no había llegado, lo cual
era bueno pero provocaba que todas mis prisas hacia ese instante perdieran su
brillo victorioso.
Saludé con la mano a Bere, Fabiola y
Lily, eran lo más cercano a una amistad que tenía en la escuela, en la
descripción mas básica de la palabra, ya que Diana, mi mejor amiga desde
primaria acababa de mudarse a España carecía de BFF por ahora, al menos sin una
conexión de internet de por medio.
El maestro seguía sin aparecer y eso
me dejó el tiempo suficiente para divagar sobre mi atropellada mañana, miré los
otros salones, tratando de adivinar si en alguno de ellos estaría el chico del
autobús.
Él habría podido decir algo, yo lo hubiera
hecho. Cuando me subí al transporte público él estaba sentado en el lado de la
ventana, solo había dos lugares disponibles, el del pasillo a su lado y en la
parte de atrás, éste ultimo aseguraba un dolor de espalda inminente, me senté
junto a él, tratando de que no me importara que su costado chocaba con el mío,
los asientos del autobús estaban hecho para chicas delgadas, a veces compartir
el espacio con otra persona rompía la burbuja personal.
Había notado de reojo que él llevaba
el uniforme de la escuela, no recordaba haberlo visto anteriormente y no podía mirarlo
mas fijamente, era lo suficientemente guapo para saber que si me le quedaba
mirando fijamente era por su atractivo.
Debía ser alto porque sus rodillas
chocaban con el asiento de enfrente lo cual me resultó divertido y no pude evitar
soltar una risita que mi mamá siempre decía que era contagiosa, él me miró y yo
reí más.
Ahora que lo pienso, que no me avisara
que era la parada debió ser su venganza, me había quedado medio dormida al
punto que cuando él me pidió permiso para salir del asiento, solo me hice a un
lado y miré su espalda antes de reaccionar varios segundo más tarde cuando el
autobús ya había avanzado al menos una cuadra, el chofer, todo un amor, me había bajado hasta la siguiente
parada después de dos cuadras y media más.
Parpadeé cuando el murmullo de mis
compañeros de clase comenzó a ser lo bastante alto como para anunciar algo
importante, miré hacia el frente y me ahogué con mi saliva, tosí varias veces,
Luis, el chico a mi lado en la siguiente fila me dio dos palmadas en la espalda
sin ninguna delicadeza.
-Lo siento, mi síndrome de Munchausen,
ya saben-, todos se rieron, era lo que se esperaba de mi.
El maestro me miró negando con la
cabeza y medio sonriendo de forma paternal mientras que ÉL mostraba una sonrisa de diez voltios.
El chico del autobús.
-Buenos días chicos, antes de comenzar
la clase, les presento a su nuevo compañero de clase, su nombre es Dag Romero,
acaba de mudarse, les pedimos que lo ayuden para que se adapte lo más pronto
posible al semestre.
El murmullo pasó a ser casi
ensordecedor, el maestro pareció no darse por enterado y comenzó a escribir en
el pizarrón.
Traté de no mirar al nuevo y observé a
mis compañeros, las chicas estaban casi vibrando de emoción, la entrada de
alguien nuevo no era muchas veces vista, todo era más emocionante si ese
alguien parecía alto, atlético, con una rostro atractivo y ojos rodeados de
pestañas que cualquier chica envidiaría adornando unos hipnóticos
ojos chocolate, todo un modelo.
Fabi alzó las cejas emocionada y yo me
reí, antes de que Lily señalara hacia mí, tardé varios segundos en entender, Oh, oh.
Por cosas del destino o quizás solo
simple suerte, había en el salón dos sillas vacías que el chico nuevo podía
ocupar, una estaba detrás de mí, la otra frente al escritorio del maestro,
cualquier estudiante de preparatoria que se preciara de ser al menos un poco
respetable huiría de este último lugar.
Dag no fue la excepción, ante la
mirada ávida de todos, sonrió y se sentó tras de mí.
Genial, ahora tendría una vista en
primer plano de los nudos que seguro tendría mi cabello en la nuca.
-Hola-, escuché que alguien le hacia conversación
y traté de desconectarme de las interminables conversaciones de presentación.
El maestro llamó por nuestra atención
y la clase siguió a pesar del estado de excitación de todos los presentes.
Si bien no me sentaba en el lugar cercano
al escritorio del maestro en turno, era la más cercana a ellos al tener el
nombramiento de jefe de grupo, en realidad me gustaba el pequeño trabajo que
conllevaba, los anuncios, la logística.
Cuando llegó el receso después de tres
clases, dos de Biología y una de Inglés, todas estábamos medio enamoradas del
chico nuevo, digo todas porque yo no era de plástico, sabía que era la novedad,
lo más probable es que la siguiente semana él pareciera tan normal como todos
los demás chicos, los que lo veían ahora como una especie de ejemplo al cual
imitar.
Volviendo al punto, Dag tenía ciertos
trucos bajo la manga, hablaba inglés fluidamente y según él era divertido
hacerlo con acento británico.
Salí del salón de clases, me disculpé
de Fabi y las chicas cuando me llamaron emocionadas para que me reuniera con
ellas y seguramente hablar de la novedad, casi me quede, porque hubiera sido
divertido oírlas, al final ganó mi necesidad de terminar el libro que había
estado leyendo durante semana.
Las clases llegaron a su fin y antes
de irme fui a la oficina de Control Escolar para preguntar si ya tenían noticas
sobre la convocatoria para las becas estudiantiles.
Me di la vuelta con los formularios en
la mano y casi choco con el chico del autobús.
Quizás debía dejar de llamarlo así.
-¿Siempre andas deprisa?
-La vida es corta, eso dicen ¿no?-,
logré contestar mientras daba un paso atrás, burbuja personal, burbuja personal.
-Pues deberías de tomar un descanso,
eso evitaría que te durmieras en lugares poco apropiados.
Argumentó y entró a la oficina dejándome
con la boca abierta y mi mano arrugando los papales que sostenía.
Caminé hacia la parada hablando entre
dientes todo el camino.
Corrección, mi enamoramiento por el
chico nuevo terminó el mismo día que comenzó.
Me senté en la banca del transporte público
a esperar y miré los coches pasar durante el trafico de medio día.
Algo tocó mi hombro y alcé el rostro
para verlo a mi lado.
-Lo siento, no debí burlarme de ti-,
dijo pero aún parecía que lo estuviera haciendo.
Me encogí de hombros.
-¿Cómo te llamas?-, preguntó y yo volví
a mirarlo, viéndolo ahora, el sol hacia parecer casi rubio su cabello.
-Gisele.
-Bonito nombre
-Le diré a mi mamá tu cumplido cuando
la vea, a fin de cuentas ella es la que me lo puso.
Dag se rió, un sonido que me gusto,
mucho.
-Parece que te gusta hacerte la
chistosa.
Volví a encogerme de hombros, en
realidad si me gustaba, hacer reír a la gente hacia mejor la vida, aunque también
me había acostumbrado al tópico de ser la chica graciosa, esa que es medio
gordita, medio simpática, no precisamente el centro de nadie pero si en la
periferia de todos.
Nos quedamos callados durante un buen
rato, al principio deseé que el autobús pasara rápido pero después me relajé, en
realidad no era un silencio incomodo.
El camión llegó y Dag subió detrás de mí,
me senté en el primer asiento que encontré al lado de una señora mayor y él fue
a la parte trasera, cuando bajé después de unos quince minutos de camino él ya
no estaba.
Llegué a casa y dejé la mochila en mi
habitación mientras comenzaba a medio recoger, medio bailar por la sala,
preparé una sopa de arroz y bistec y comencé a hacer la tarea.
Mi mamá era enfermera en el Centro de
Salud comunitario, sus turnos eran alternados, cuando llegó después de la cinco
de la tarde, le sonreí y ella se sentó a mi lado mientras me preguntaba sobre
mi día.
Por la noche mientras me daba el
cepillado número treinta en el cabello recordé el sonido de la risa de Dag y
sonreí, quizás no fuera a decírselo a nadie pero aun estaba un poquito
atontada.
Hola chicas, como verán empezamos nueva historia, espero que les haya gustado.
Nos seguimos leyendo
Cel.
QUE SI NO ME GUSTO!?? me encanto, y jaja esa frase de BURBUJA PERSONAL me mato...
ResponderEliminarme encanto y nena déjame decirte ¡QUE TALENTO TIENES! mira que con una imagen crear una historia... creo solo a vos te puede pasar eso...
voy a esperar ansiosa el próximo capitulo. adore todo, el escenario, los personajes, su forma de ser y obvio que no podía faltar ese toque de ser una chica sin medidas...
La Ame... CEL...MUCHAS GRACIAS *-*
Lo ame, me encanta todo lo que escribes Cél
ResponderEliminarGenia!!!! no te queda otra palabra, me encanta tu talento mommy, y como nos regalas de nuevo la historia de otra SM Girl, en serio que me gusto mucho, Gi es de lo más simpatica, me gusta su caracter y como a pesar de que si le gusta el chico nuevo no se vuelve timida ni tonta frente a él.
ResponderEliminarQuiero otro capiiiiiii, porfa porfa porfa!!!!!!!!
holaaaaaaa me encantoooo jajaajj! ya el comienzoo fantastico y a la espera de mas!! sabes que me gusta todo lo que escribess!! termine de leer exo me encantoo ahhh Cel gracias por compartirlaa...me gusto mucho toda la historia y tambien el final! por las dudas no pongo ningun spoiler jee por si alguien aun no la leyo y leee mi comentario!!! je! pero feliicitaciones a mi me gusto muchisimo!
ResponderEliminary bueno aqui te acompañare en esta nueva historia!! besos enormes!!!!
era Nexo me comi la n!! je! perdon!!!
EliminarCele que emoción... ya me gusto que iniciaras otra historia y me gusto mucho ese encuentro... si hasta yo termine ya medio enamorada del chico nuevo... :D
ResponderEliminarMil gracias y haber que pasa que ya tengo ganas de más...
SOLO UNA PALABRA........ DIVERTIDOOOOOOO ME GUSTA MUCHO MUCHISIMO
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