Seguidores

lunes, 31 de enero de 2011

Sostenme - Capítulo 8

Edward

“Como iba a ser sincero conmigo, si no había sido sincero consigo mismo”
Maggie Cullen


Me dirigí a la ducha mucho antes de que sonara el despertador, no había podido dormir, el sentimiento de culpa era el primer motivo, la sensación de sus labios era el segundo y el más importante.
Sabía que no debía haberla besado, no importaba que ese pensamiento me hubiera acompañado por días.
Lo que ella necesitaba era un amigo, Esme me lo había dicho fuerte y claro, no necesitaba que yo la utilizara como un escape de mis propios problemas.
Necesitaba hablar con  Bella, necesitaba decirle que éramos…amigos, algo seguro, algo…completamente erróneo.
No quería ser su amigo, pero tampoco su jefe, quería ser algo más, aunque no supiera el que.

Con el agua fría contra la espada apoyé la frente contra el azulejo y cerré los ojos, aun cuando no supiera que mas decirle, le debía a Bella una disculpa, lo de la noche anterior no volvería a pasar, no importaba cuanto lo deseara.
A fin de cuentas, ella aun lloraba al hombre que amaba, que aun ama, y yo había jurado no volver a pensar en mi mismo, no mientras Anthony y Tanya me necesitaran.
Salí al pasillo antes de irme al hospital esperando poder hablar con ella antes de partir, aun cuando una parte de mi, no deseara encontrarla, aun no.
¿Podría contenerme?

Negué con la cabeza y miré su puerta cerrada, apreté los puños y me obligué  abajar las escaleras.
El sonido sordo al entrar a la cocina me hizo levantar los ojos, Bella había derramado un poco del café de su taza, me miró por un momento antes de girarse por una servilleta y limpiar el líquido.
Toda la noche pensé en muchas reacciones, sabía que seria difícil, sabía que tenia que arreglarlo y sabía que ella no estaba preparada para lo que sucedió, pero jamás me imagine que me dolería tanto le silencio entre nosotros.
La había extrañado toda la pasada semana, había extrañado las conversaciones fáciles y las sonrisas compartidas, pero no habíamos dejado de hablar.
Abrí la boca varias veces sin que me saliera palabra, me pasé las manos por el cabello y apreté los dientes tensando la mandíbula hasta que dolió
Seguí sus movimiento a pesar de que ella desviara su rostro, haciendo que una cortina de cabello me impidiera mirar los rasgos que había casi memorizado y recordado durante las horas pasadas.
Lavó su taza, se secó las manos la toalla de cocina y se dirigió hacia mí con la mirada baja, iba a pasarme de largo, iba a hacerlo y eso fue como un golpe en el pecho.
El agarré en su brazo quizás fue demasiado fuerte pero no pude evitarlo.
-Bella, lo siento-, dije entre dientes, ella se detuvo e inhaló entrecortadamente, alejó su brazo como si el mío quemara.
Cuando por fin sus ojos marrones miraron mis ojos, las lágrimas se agolpaban en ellos, en ese momento me odié, y supe que la había perdido, la habíamos perdido, Anthony, Tanya, yo.
Todo era culpa mía.
-Yo también lo siento, no te imaginas cuanto-, dijo en voz baja y se alejó de mí varios pasos antes de que la llamara de nuevo.
-Iré a dejar a los niños con Esme, después  volveré a mi departamento-, siguió mientras yo presionaba los puños, quería ir hasta ella y girarla, no quería que me diera la espalda.
Pero permanecí ahí, muerto de miedo por sus palabras.
-¿Te iras?, murmuré casi mas para mi mismo, ella se giró, limpiándose una lagrima de su mejilla.
-Seguiré cuidando a los niños, pero no viviré aquí…no puedo-, terminó mientras subía las escaleras y yo maldecía en voz baja, saliendo de la casa antes de asfixiarme.
Llegué al hospital sin siquiera darme cuenta que camino había tomado, quizás debía agradecer que solo tuviera que cubrir medio turno, para las tres ya estaría libre.
Y regresaría a una casa vacía…
Golpeé el volante solo una vez frente al aparcamiento del hospital y me obligué a salir.

Durante la noche, había pensado en tratar de explicarle a Bella mi actitud de la noche anterior, habían traído a una familia victima de un accidente automovilístico, y yo me había quedado parado por mas de un minuto sin saber que hacer frente al cuerpo de la niña de 8 años que no habíamos podido salvar.
Había sido horrible.
Necesitaba llegar a casa, pero al hacerlo y encontrar dormidos a los niños, las dudas que me atormentaba a medianoche cayeron sobre mi.
Quizás debía haberles dado la tutoría a Esme y Carlisle, quizás debería aceptar que las había fallado a mis hermanos como lo había hecho con mis padres.
Aun recordaba la expresión en los ojos de papá cuando habíamos hablado de mi forma de vida.
La universidad era solo una preparación  antes de entrara en la vida real, no el juego que yo estaba jugando.
No le había hecho caso, había cambiado de tema y el lo había dejado estar, con la decepción en su mirada.

El turno comenzó y después de la ronda habitual me asignaron un paciente de 58 años que había sido operado del corazón, una hora después, pasé para la revisión del medicamento.
En la habitación estaba un hombre rubio y joven, no mucho mayor que yo, estaba sentado en la silla a lado de la cama de hospital, el hombre mayor permanecía dormido mientras que el hablaba por teléfono.
-Me quedare un poco mas-, dijo en voz baja al móvil
-No te preocupes, tienes que preparar tus clases, lo visitaremos mañana-, continuó mientras yo consideraba la posibilidad de volver en un momento.
-Te necesitare siempre,…no temo decirlo-, terminó mientras sonreía ante la contestación del llamante, esperé unos minutos antes de entrar después de que hubiera colgado.
El nudo en la garganta fue tan repentino que quise salir corriendo, tragué varias veces antes de pronunciar una sola palabra.
El hombre se llamaba Jasper Whitlock, su padre había sido operado de emergencia.
Después de terminar la revisión, el me miró y luego señaló el móvil.
-Siento lo de la llamada-, dijo con una sonrisa mientras yo desviaba la mirada maldiciendo.
-Yo soy el que lo siente-, aseguré mientras el se encogía de hombros.
-Además no tendrías por que sentir tener a alguien que necesitas…y saber que estará ahí-, dije sin mirarlo, arrepintiéndome en el instante mismo que había pronunciado la palabras, me esforcé por mirarlo, me disculpé y caminé hacia la puerta de la habitación.
-Pero lo sentí al principio, no quería aceptar que la necesitaba, sería demasiado fácil para mi-, terminó mientras me giraba ante sus palabras, no debería hacer esto, debía salir e irme, sus palabras bien podrían ser una coincidencia y pensar en Bella en este momento era una estupidez.
-¿Y si pierdes lo que necesitas?-, murmuré en voz baja mientras el miraba al móvil.
-Quizás debes dejar que se alejé un poco, si tienes suerte regresaras, sino, debes luchar un poco mas-, susurró mientras su padre habría lo ojos.
-No creas mucho en lo que te diga Jazz, hasta antes de Alice, el era el que huía-, dijo el señor con una sonrisa leve mientras su hijo le tomaba la mano.
Volví a tragar el nudo en la garganta y salí de ahí despidiéndome rápidamente.

Me esforcé por mantenerme ocupado y embotar la mente, por no pensar en la noche anterior, en las palabras de Bella diciendo que se iba, ni en la extraña conversación con los Whitlock
Cuando por fin dieron las tres, salí del aparcamiento y me dirigí al único lugar que no había pisado en mucho tiempo.
Esme conservaba bien cuidadas las tumbas de mis padres, ese día, rosas blancas adornaban ambos lados de las lapidas.
Me puse de cuclillas mientras en silencio temblaba de miedo ante la posibilidad de regresar a casa y que ella ya se hubiera ido.
Perdí el tiempo que me quede con el viento chocando contra mi rostro, me levanté por pura fuerza de voluntad y traté de aceptar lo que durante poco más de dos meses había olvidado.
Esta solo, y lo estaría siempre, no debía dejar de tenerlo presente
Cuando llegué a casa, Bella no estaba, lo que no constituyó una sorpresa ero si aumento la punzada dentro del pecho.
Me senté en el sofá con el silencio taladrándome los oídos.
Pasé las manos por el cabello y lo jalé mientras me esforzaba por recordar como respirar adecuadamente.
Me estaba asfixiando.
El ruido de la llave en la puerta de la entrada hizo mi corazón saltar, levanté la mirada para observar a Bella frente a mí.
Llevaba unos pantalones vaqueros y una blusa blanca, con el cabello despeinado como si hubiera pasado las mano por el una y otra vez.
Sus ojos estaba enrojecidos y su mano aferrada firmemente la pequeña maleta con la que había llegado meses antes.
La dejó en el suelo, se pasó las manos por las mejillas mientras yo me levantaba.
-Bella, teng…-, comencé sin pensar en mis palabras.
Ella levantó las manos negando con la cabeza.
-Déjame hablar, necesito hablar-, pidió con la voz baja y enronquecida.
Asentí y volví a sentarme
Ella esperó retorciendo sus manos y pasándoselas luego por el cabello, antes de cerrar los ojos y sacarlo todo a borbotones
-Yo estaba dispuesta a alejarme de ti, quería alejarme, lo único que me importaba era recordar como me sentía antes de venir aquí, quería ser consumida por el dolor, quería recordar a Emmett y no sentir que lo estaba traicionando-, murmuró mientras yo la miraba incapaz de hacer nada por el dolor en sus ojos.
-Al estar ahí, en el lugar donde fui tan feliz con el, ya no sentía nada, ni dolor, ni tranquilidad, nada-, terminó mirándome.
Soltó una risa que me erizó la piel.
-¿Sabes por qué Edward?-, preguntó mientras yo me levantaba de nuevo, pero sin hacer otro movimiento, tenia el presentimiento que si la presionaba esta vez no habría nada que la hiciera volver y aquello era insoportable.
-¿Por qué?-, pregunté en voz baja
-Por que ya estoy muerta, antes de que Esme me pidiera que te ayudara con tus hermanos yo ya lo había aceptado, sobrevivía a base de medio comer, medio dormir, medio respirar, sin embargo yo ya había aceptado que no volvería sentir-, explicó mientras yo daba un paso hacia ella.
-¡No!-, gritó mientras se alejaba el mismo paso.
-Déjame terminar, lo necesito-, habló con desesperación mientras se pasaba una mano por el cabello.
-Necesito que entiendas-, exclamó antes de mirarme.
-Ustedes cambiaron eso y quizás ella lo sabia, pero yo no pude darme cuenta hasta que se convirtieron en la única parte que valía la pena
-Los quiero Edward… a Anthony y a Tanya, los quiero de una forma que nunca había querido a nadie, ellos son mi razón para vivir de nuevo-, terminó mientras bajaba su rostro y mi mente gritaba solo una pregunta.
¿Y yo?
-Pero necesito oxigeno para vivir, te necesito para vivir… tu eres mi oxigeno-, terminó con la voz entrecortada mientras yo caminaba hacia ella y encerraba su rostro entre mis manos, las lágrimas caían por sus mejillas.
-No te puedo dar nada-, susurró mientras yo negaba limpiando su rostro, no le pedía nada más que tenerla de frente, que no me dejara solo.
-Se que es horrible, pero no puedo alejarte, no puedo, no quiero-, susurró mientras me acercaba uniendo nuestras frentes, ella llevó sus manos a mis hombros y apretó fuerte su agarre mientras yo pronunciaba su nombre en voz baja.
-Me asfixio sin ti-, terminó al tiempo que la besaba, atrapando el aliento del otro, nuestros labios crearon una fricción importable, mi lengua entró en su boca y acaricio su paladar mientras ella gemí entre sollozos, mis manos abrazaron su espalda y bajaron hasta ahuecar sus delicadas curvas mientras ella acariciaban mi cabello con sus dedos, sin darnos cuenta el beso se volvió lento y pausado, disfrutando del sabor del otro, de los sonidos que salían de nuestras bocas, de la sensación de su lengua rozando la mía y de sus dientes presionando suavemente mi labio inferior, besé la comisura de sus labios, su barbilla y bajé hasta su cuello, lamiendo, besando y presionando mi boca, oliendo su dulce perfume
Ella echó su cabeza hacia atrás y suspiró mientras yo recorría  su piel con mis labios, mis manos fueron dentro de su blusa acariciando la piel de su espada haciendo que se estremeciera.
Me detuve ahí, con la respiración entrecortada y una erección creciente, nuestros cuerpos estaban preparados, nuestras mentes no.
La abracé fuertemente besando su frente y ella se aferró a mí con todas sus fuerzas, escondiendo su rostro en la curva de mi cuello.
Sentí su aliento haciendo cosquillas en mi piel.
-¿Qué vamos a hacer Edward?-, preguntó en voz baja
-No lo se, sea lo que sea, no quiero hacerlo sin ti-, terminé aferrandome a ella, la necesitaba y ella me necesitaba y en ese momento eso fue suficiente.



10 comentarios:

  1. Oh Dios mi Cel, he llorado como una niña que le quitan su caramelo!!!! Que capitulo tan emotivo, he llorado tanto de tristeza como de alegria. Estos dos, Edward y Bella me han hecho llorar como nadie.

    Gracias Cel, por sacar de tu tiempo y escribir esta facinante historia. Espero poder lerte pronto, estare esperando para ver que sentimiento nuevo me haras aflorar con estos dos seres, jajajajaja!!!

    ResponderEliminar
  2. holaaa Cel ahhhh que capitulooo me fascinooo!!! por diosss pobre edward cuando penso que bellaa se iba a ir y las confesiones de bellaaa guauu me encantaronnn!!! yy si tiene que estar juntos se necesitan el uno a la otraa no va a ser facill....peroo bueno nada lo es tiene que lucharrr contra su pasadoooo y seguir adelante!! besos y nos leemos en el que sigue...adioss!!

    ResponderEliminar
  3. Wow, Cel, me encantó el capítulo, por un momento temí que Bella en realidad se fuese. Y qué decir de la canción, le queda perfecta al capítulo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Cel, te segui desde El Tintero. Comenze a leer el primer capitulo de esta hitoria y me lei todos de golpe, me sacaste varias lágrimas, es imposible no emocionarse con estos personajes.
    Que vida les ha tocado... Edward haciendose cargo de todo y Bella sientiendose muerta, por dios! Aunque llore como condenada no puedo dejar de leerla, esta historia es presiosa y amo a los niños, ellos valen la pena :D
    Espero seguir leyendote Cel, gracias por compartir tu historia.

    ResponderEliminar
  5. lo ame.. de verdad.. awww.. que tierno.. al fin se estan dando una oportunidad de verdad. jejeje

    que se yo..

    me encanto

    besito

    Mel♥

    ResponderEliminar
  6. linda que capitulo mas intenso, y que ternura al final ahhhh... ( suspiros)lo ame de principio a fin

    gracias por compartirlo con nosotras

    besitos y espero el proximo :D

    ResponderEliminar
  7. Ceeeeelll.. termine el capitulo LLorando como una niñaaaaaaaa.. es lo mas hermoso y tiernooooooo.. me encantoooooooo!! aaahhh!! sos lo maaaas.. me encanta me encanta me encantaaaaa.. gracias por hacer esta hermosa historia.. despues de tanto vuelvo a leer algo asiii..
    me encanto toda la confesion de Bella y amo a Anthony y Tanya..


    LO AMEEEE!! y GRACIAS!!

    ResponderEliminar
  8. Ceeeeelll.. termine el capitulo LLorando como una niñaaaaaaaa.. es lo mas hermoso y tiernooooooo.. me encantoooooooo!! aaahhh!! sos lo maaaas.. me encanta me encanta me encantaaaaa.. gracias por hacer esta hermosa historia.. despues de tanto vuelvo a leer algo asiii..
    me encanto toda la confesion de Bella y amo a Anthony y Tanya..

    ResponderEliminar
  9. woowo
    casi lo que staba sintiendo edward
    asfixiando sin ella
    obvio
    si llore
    ni para q pregutnar
    verdad jajaj
    pero m eencata esta historia
    saludos

    ResponderEliminar