Capítulo
2
Nick
maldijo entre dientes cuando las sabanas fueron retiradas de su cuerpo de un
solo jalón.
-Vete-,
le gruñó mientras el hombre caminaba hasta los ventanales y abría de par en par
las cortinas dejando entrar el molesto sol.
-¡Maldita
sea Harry!-, gritó él tapándose la cara con la almohada.
-Quizás
quiera taparse mas abajo, joven-, sugirió el hombre con la voz inalterable,
Nick parpadeó tratando de recordar a que se refería su odioso
mayor-niñera-domo, poco a poco la nube gris de su cabeza se fue despejando para
hacerlo gruñir de nuevo, recolocó la almohada ahora tratando de tapar su
entrepierna, Harry lo miraba al pie de la cama.
-Buenas
tardes -, saludó el empleado mientras colocaba un vaso de jugo en su buró y
comenzaba a juntar la ropa regada en el piso.
-Harry,
¡es sábado!-, rabió Nick mirando su reloj y dándose cuenta que apenas pasaban
de las nueve.
-Por
supuesto joven, jamás osaría despertarlo entre semana a esta hora y hacer que
usted asistiera a sus clases-, respondió Harry lanzándole unos pantalones de chándal.
-¿Por
qué no te he despedido?-, le preguntó Nick sentado en la cama aun con la
almohada en su regazo.
-Por
que su abuelo lo prohibió en el testamento-, anunció él antes de salir de la
habitación sin esperar que Nick contestara.
Nunca
lo hacía cuando las palabras abuelo o
testamento estaban involucradas.
-Por
cierto, el Lic. Guertier esta esperándolo en la biblioteca-, comunicó Harry
regresando un minuto después, otra vez de manera imperturbable.
Un
día iba a matarlo.
Nick
hubiera preferido ducharse, por higiene y sencillamente para quitarse la
sensación de reseca y sexo, pero eso iba a tener que esperar, nada le parecía
mejor que presentarse justo así ante su querido tutor.
Fue al cuarto de baño y se enjuagó la boca
mirando su reflejo, se pasó ambas manos húmedas por su cabello negro hasta los
hombros y miró fugazmente las ojeras debajo de sus ojos antes de salir.
***
Frederick
Guertier había sido empleado de confianza de su padre y de su abuelo, pero para
Nick solo era una piedra en el zapato.
Estaba
esperándolo con su traje negro intachable, el cabello canoso y algo escaso en
su cabeza.
Lo
miró al entrar a la biblioteca y rodeó los ojos antes el torso desnudo de Nick.
-Estas
llegando a tu limite Nicholas-, dijo el abogado contundente.
Nick
le sonrió casi seductor, solo para hacerlo rabiar.
-Ni
de lejos-, le aseguró.
Fred
evitó contestar y abrió su maletín sacando algunos periódicos de la USC y uno de la prensa
amarillista, ese no lo esperaba.
Nick
supo que aquello le traería problemas, la realidad es que no era tan trascendental,
una borrachera, una cita doble con gemelas, una fiesta privada. Todos pequeños
artículos en la sección dedicada al chismorreo.
-¿Tienes
algo que decir?-, preguntó Fred mientras Nick miraba las paginas.
-Las
gemelas eran aburridas-, le contestó mientras el abogado daba un manotazo en el
pulido escritorio de caoba.
Nick
ni se alteró, en el fondo de su mente pensaba que a su edad Fred debería
cuidarse de los infartos.
-Tus
acciones están siendo comentadas-, inició el abogado entre dientes.
-Todo
lo que hagas te será recordado tarde o temprano, necesitas pensar en tu futuro
y en el futuro de la compañía-, terminó con la mirada dura fija en Nick.
La
compañía de software podía funcionar muy bien sin él, Nick solo buscaría alguien
adecuado para manejarla y le daría el patrimonio de su familia a alguien más.
Fred
aun no lo había entendido.
-No
has notado que son periódicos universitarios, no importa-, se encogió de
hombros mientras el abogado negaba con la cabeza dándole la espalda.
-Nick,
esto tiene que parar, tu abuelo estaría muy decepcionado de ti…
-No
vas a clases a menos que sean después del mediodía, casi siempre tienes resaca
y te paseas con todo tipo de jovencitas-, enumeró mientras Nick se reprimía de
decirle lo que faltaba en la lista.
Pero
no iba a hablar, pues la ley de no contestar al mencionar a su abuelo también
aplicaba a Fred.
El
abogado finalmente se dio por vencido, sus hombros cayeron casi imperceptiblemente.
-Ya
no puedes caer más bajo-, susurró llevándose una mano al puente de la nariz,
Nick apretó un puño solo un segundo.
-¿Quieres
apostar?-, le retó solo por molestar.
Su
mente fue mucho mas lejos, en su cabeza el tipo alto y la ninfa se besaban en
un video al que pronto él se uniría.
-Si
esto se convierte en algo más serio, haré lo necesario para que jamás llegues a
estar al frente de la compañía, Nicholas.
Lo
que Fred no sabía es que eso era lo que Nick más deseaba.
Lo
miró salir y se quedo ahí en la gran habitación decorada en tonos caoba, la
odiaba por recordarle al abuelo, de hecho odiaba toda la casa, pero no
encontraba la fuerza para salir de ahí.
Nadie
podía entender lo que el heredar una compañía millonaria significaba para él,
Nick lo consideraba un pobre premio de consolación, sería uno de los jóvenes
empresarios más ricos el próximo año, pero él lo cambiaría todo porque sus
padres y su abuelo estuvieran con él de nuevo.
-Que
ridiculez-, susurró levantándose yendo directo a la gran tina del cuarto de
baño en su habitación.
Tenía
un video que planear.
Sería
perfecto, la junta directiva de la compañía no aceptaría que el dueño de la
empresa tuvieran un escándalo por su bisexualidad ¿o si?
Nick
no sabía por que no se le había ocurrido antes, lo cierto era que sus
“relaciones” con hombres nunca habían pasado de un pasillo oscuro o los
sanitarios.
Se
había enfocado en hacerse la fama de mujeriego pero nunca había considerado que
su otro yo podría ser necesario también.
Se
metió al agua caliente con una sonrisa en los labios.
Lo
mejor de todo era que por primera vez estaba impaciente por esta forma de
arruinar su reputación.
Saciaría
su curiosidad de la parejita en todas sus formas.
***
Aun
con todos sus recursos a Nick le costó casi una semana saber algo sobre los
protagonistas de su nueva fantasía.
La
parejita era menos popular que los estudiantes de intercambio sin pechos.
Le
había costado sobornos, besos y hasta un pequeño empujón de caderas saber algo
sobre Kevin Anderson y Samantha Sims, uno estudiante de Periodismo y la otra de
Ingeniería.
Ambos vivían juntos en un edifico a unos metros de
la universidad y que para su sorpresa nadie había afirmado que fueran o
tuvieran pareja.
La
ninfa era descrita como arisca y gruñona y Anderson como un tipo lindo pero demasiado
tímido.
La
curiosidad de Nick solo crecía más y más.
***
El
jueves por la tarde se pasó la mano por el cabello negro y respiró hondo frente
a la puerta del departamento de la parejita, tocó forzando su mejor sonrisa.
No
había nada más perfecto que un golpe directo, su plan era deslumbrarlos e
invitarlos a cenar, y deslumbrarlos y…
Su
video.
Seria
fácil, las personas poco sociables siempre ansiaban atención.
Después
de dos toques firmes esperó mirando la pintura descolorida del pasillo, la
renta no debía incluir el mantenimiento, sino sería un robo.
Escuchó
el cerrojo antes de que Anderson abriera la puerta, Nick enarqueó una ceja ante
el cabello despeinado y el inicio de barba de la tarde.
Miró
a Kevin fruncir el ceño y luego girar su rostro hacia dentro como buscando una
repuesta.
-Hola-,
saludó Nick mientras el otro volvía a mirarlo de arriba a bajo.
El
reprimió un estremecimiento antes el inocente escrutinio
-Tengo
la ligera sospecha que te has equivocado amigo-, dijo Kevin con una media
sonrisa y comenzó a cerrar la puerta
¿Qué
demonios?
-Nunca
me equivoco, Anderson-, murmuró Nick aun confuso perdiendo la sonrisa
deslumbrante, observó a Kevin fruncir el ceño aun más y mirar de nuevo hacia
dentro.
-¿Te
conozco?-, preguntó él
-No
aun-, contestó Nick con una sonrisa ahora sincera.
El
tipo volvió a fruncir el ceño, exasperante.
Sin
embargo, Nick notó un ligero rubor en su rostro que debía ser ridículo, pero
que no lo era, al menos el pequeño Kevin si estaba interesado en el hombre frente
a la puerta.
-¿Qué
pasa Kev?-, se escuchó la voz femenina dentro.
La
ninfa.
Sam
asomó la cabeza hacia la puerta fugazmente captando la atención de Nick.
-Hola-,
saludó él haciéndola fruncir el ceño igual que Anderson.
Estos dos era un caso.
-Mi
nombre es Nick Colton, yo solo quería presentarme y…-, comenzó para ser cortado
por la puerta cerrada.
Se quedo petrificado por un segundo, y luego –debía ser contagioso-, frunció el
ceño y tocó de nuevo
Un
poco, un poquito molesto
Sam
abrió mientras Kevin los miraba a ambos detrás de ella con los brazos cruzados.
-Se
quien eres, si esto es una broma o bien una apuesta idiota o sencillamente te
golpeaste con la taza del baño, lo que sea no interesa, ¡lárgate!-, exigió ella
echando humos, y al diablo si no era sexy, Nick sonrió arqueando una ceja y
Sam, frunció el ceño mientras Kevin se pasaba una mano por la mandíbula evitando
reír.
-Oye
amigo, no se que pensaste al venir aquí, pero de seguro que ella no esta interesada-,
le dijo el mientras Nick reconsideraba sus estrategias.
-¿Tu
tampoco o vienen en par y ella es la que toma las decisiones?-, dijo con una
sonrisa solo para encontrarse de cara con la puerta de nuevo.
Esta
vez se fue sonriendo, definitivamente el video sería lo mejor de ese
endemoniado año.
Para
cuando acabara con ellos no podrían ni fruncirle el ceño.
Woooooow!!!!!!!!
ResponderEliminarChico rebelde y de sierto modo siniestro!!!!!
Me encanto que le cerraran la puerta.. jajajajaja.... pero eso ha hecho que su interes creasca y se convierta en un desafio!!!!!
un beso!!!!! ;)
Holaaa Cel Ahh me encanta volver a leerla Nick es terrible y rebelde pero me encanta estoy ansiosa quellegue por donde lo dejaste en el Tintero ahhhhhh ajjaja!!! Besos y nos leemos!
ResponderEliminardond puedo encontrar los capis del tintero???
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