No crean que me he perdido en el espacio... quizás entre líneas de código, pero aun en la tierra.
Espero pronto traerles nuevo capítulo de OTRA RAZÓN y APARIENCIAS. Además que a finales de Octubre vera la luz oficialmente el e-book de CRAZY listo para descarga.
Por lo pronto, comenzaré a subir una historia que tenía detenida por muchas circunstancias y que creo puede ser tiempo de terminar.
MAS QUE JUEGOS cierra la saga MAS, los capítulos finales ya están en la cabeza así que les iré dejando los capítulos ya presentados en El Tintero en su tiempo para las que quizás no hayan leído sobre esta historia...
Les agradezco infinitamente su paciencia de antemano.
Un abrazote.
Capitulo
1
Kevin
Anderson caminó hacia el edificio donde compartía un pequeño departamento con
Sam, estaba un poco más alejado de la
USC que el resto de los dormitorios o fraternidades, pero al
menos ellos no habían tenido que pasar por ridículas novatadas.
Tenía
que admitir que recorrer esa distancia más de dos veces al día y sin haber
comido era una pasada, pero no se iba a poner exigente o ¿sí?
Además
le gustaba caminar, se había convertido en uno de sus pasatiempos favoritos
ahora que ya no podía jugar futbol americano, ya fuera en la escuela o en el
parque.
Kevin
sonrió ante sus recuerdos, jugar con el profesor Esteban Teral después de
clases en el instituto había sido su momento favorito por años, mucho influía
el hecho de que precisamente su profesor se hubiera convertido en su primer
amor de juventud.
Se
podría decir que él jamás hacia algo a medias, era bueno en una cosa o muy
malo, así que eligió para tener su amor inalcanzable a un maestro y ¡del sexo
masculino!, para variar.
Él
ni siquiera sabía sobre la sexualidad del profesor Esteban, pero al final tan práctico
como Kevin era, sabía que aquello no llevaba a ningún lado, se conformaba con
sus partidos por las tardes y al igual que sus amigos, iba por que el profesor
era de verdad muy, muy genial.
Si
lo pensaba detenidamente él jamás se preocupó porque le gustara un hombre y no
una mujer, era un hecho, punto.
No
tuvo problemas existenciales por ello.
No
iba a discutir con la naturaleza.
Además
Sam le había dicho que hasta ella esta algo enamorada del profesor, no era de
extrañar, con ese cabello rubio y esos lentes casi intelectuales, era un sueño
adolescente.
Kevin
sonrió y siguió caminando aun con buenos
recuerdos en su cabeza.
Al
llegar al edificio, tomó las escaleras hasta el tercer piso, mirando solo fugazmente
las paredes de pintura gastada.
Abrió
la puerta con su llave y sonrió ante la chica envuelta en una manta con un libro
en su mano y la nariz casi metida entre las letras.
Su
mejor amiga.
-Llegué-,
anunció él mientras ella levantaba una mano y saludaba, sin otro movimiento más
atento, Kevin negó con la cabeza sonriendo.
Era
difícil comenzar a describir a Samantha Sims, era la mujer más hermosa que él
hubiera conocido, claro que jamás se lo había dicho, ella lo golpearía por al
menos tres razones diferentes solo por pronunciar las palabras.
Era
también la mujer más inteligente con la que hubiera hablado y la más perdida
con respecto a la moda que hubiera visto.
Lo
ultimo por decisión propia.
Kevin
sabía que Sam tenía muchas más posibilidades que él de ingresar a una
fraternidad o avanzar en la escala social universitaria, pero elegía no
hacerlo, no intentarlo siquiera.
Todo
porque estaba empecinada a demostrar que era más que una cara bonita con un cuerpo porno, en sus palabras, no las de
él.
Kevin
caminó dejando sus cosas en el pasillo y se sentó en el mullido sofá que ambos habían
colocado en el espacio entre sus dos habitaciones, el cual ocupaba casi medio
departamento, solo quedaban por recorrer el cuarto de baño y la cocineta.
-¿Planeas
hacer otra cosa hoy?-, preguntó por molestar.
-No,
tengo mucho que estudiar-, dijo ella sin siquiera levantar la vista.
-Sam-,
se quejo Kevin mientras ella sonreía por fin levantando sus hermosos ojos
azules hacia él.
-Podríamos
ver una película-, sugirió ella.
Lo más excitante en sus
planes en el casi año que llevaban estudiando en la Universidad del Sur de
California.
-Somos
patéticos-, bromeó Kevin colocando su frente en el hombro femenino, Samantha
rodeó los ojos, dejó su libro a un lado y le dio un manotazo juguetón.
-Ten
la decencia de llamarme patética fuera de mi presencia-, se quejo ella y él sonrió
levantándose del sofá yendo al pasillo solo para decir más fuerte:
-¡Somos
patéticos!
Sam
aun reía cuando regresó al sofá, ella se colocó el libro en el regazo de nuevo
con las piernas cruzadas y le miró con un pequeño puchero.
-Prometo
dejarme arrastrar al parque o al cine este fin de semana, ahora tengo demasiado
que estudiar y todavía tengo ese engorroso trabajo de Literatura que me
tiene…-, ella siguió despotricando sobre cómo leer novelas en vez de algún libro
de estudio atrofiaba a las personas mientras Kevin sonreía un poco, como
siempre hacía cuando planeaba algo.
-Yo
lo hago-, le dijo mientras ella se detenía abruptamente.
-Repítelo-,
exigió aun un poco confusa.
-Yo
te hago el trabajo de Literatura, con la condición de que el viernes por la
noche, te pongas una falda y vayamos a bailar-, condicionó mientras ella hacia
una mueca.
-Y
sé que sí tienes faldas, tu mamá te compró al menos dos antes de que
viniéramos-, aseguró Kevin mientras ella lo consideraba, la ventaja era obvia,
a Sam le interesaban más las materias indispensables para su carrera como
Ingeniero Industrial, sabía que un futuro periodista como él, podría ser un
mucho mejor trabajo de redacción.
-Una
canción-, negoció ella y él la miró con los ojos entrecerrados.
-Diez-,
sonrió
-Dos-,
gruñó ella, encantada, una sonrisa bailaba en sus labios.
-Ocho-,
dijo él acercándose
-Cinco
y es un trato-, dijo ella ofreciéndole la mano sonriente. Kevin la tomó y
supuso que aun seguían siendo patéticos si ella tenía que ser arrastrada por su
mejor amigo para salir y él tenía que hacer antes del jueves un engorroso
trabajo que ni siquiera aparecería en su historial.
Al
menos sabía que valdría la pena.
***
El
viernes por la tarde Kevin regresó al dormitorio cerca de las ocho de la noche,
estaba cansado y tenía un ligero dolor de cabeza, a pesar de todo su cuerpo
vibraba con la sola idea de salir.
Sam
no se veía por ningún lado, miró hacia su habitación y frunció el ceño ante la
puerta cerrada.
-Será
mejor que te estés cambiando-, le gritó desde fuera y un gruñido seguido de un
golpe a la puerta desde dentro fue toda su respuesta.
Se
duchó y se cambió colocándose unos vaqueros, una camisa negra y su chaqueta
oscura, al sentarse en el sofá, la puerta de Sam aun permanecía cerrada.
Esperó
unos minutos más, varios minutos más.
Casi
estaba dormido en una incomoda posición cuando ella salió.
Lo
confirmaba, la más hermosa que él conociera.
Si
no se contaba la cara de odio en la expresión de su mejor amiga, el conjunto
era estupendo.
Se
había puesto una blusa de tirantes negro que ayudaba a crear un contraste
excelente con los mechones de cabello rubio que le llegaban hasta la mitad de
la espalda.
La
falda de mezclilla permitía ver sus moldeadas piernas y sus flats eran coquetos
a pesar de que estaba seguro que unos de aguja funcionarían mejor.
No
habían negociado los tacones y ella era lo suficientemente inteligente para reírse
cuando él lo notó.
-Eres
una tramposa-, le gruñó mientras salían.
Kevin
había elegido el club al que se dirigían.
Era
un lugar popular entre los estudiantes pero no tan selectivo como para que
alguien elitista les arruinara la noche.
El
lugar era oscuro, la decoración era austera pero el conjunto parecía casi
decadente; los juegos de luces, formaban sombras interesantes, se podía oler el
humo, el sudor y el alcohol entremezclados mientras bastantes personas se movían
bailando en el centro del lugar.
-Cinco-,
le dijo él al oído y se rió cuando ella rodeó los ojos y fue hacia la barra.
***
Contrario
a lo que se pudiera pensar a Samantha le gustaba bailar.
Lo
que no le gustaba era estar demasiado ocupada en quitar las manos resbalosas
como para seguir el ritmo de la música.
De
ser por ella, hubiera bailado cinco veces con Kev de un hilo y ya hubiera
salido de ahí, pero a él le gustaba verla gruñirle a cada tonto que la miraba
como si fuera un pedazo de carne.
-No
te van a morder Sam.
-No
puedes saberlo-, replicó ella molesta y tomó otro trago de su refresco
Él
sonrió y sus ojos perdieron todo indicio de broma, se levantó de la barra y le
tendió la mano.
-Vamos
Kev
y ella habían bailado juntos muchas veces pero nunca tan cerca, mucho se debía
a la cantidad de gente retorciéndose unos contra otros.
Se
sentía extraño, Sam frunció el ceño y él se rió, acercando los labios a su oído.
-Olvídate
de todo, vamos a divertirnos-, le sugirió mientras ella suspiraba.
Él
le sonrió inundando su pecho de confianza y Sam asintió, moviéndose al ritmo de
la música, dejando que llenara sus venas.
Las
manos de su amigo se colocaron en su caderas y una de las de ella fueron a su nuca,
le encantaba el pelo de Kevin, suave y abundante, no podía pasar mas de dos
semanas sin un poco de tijera.
Pronto
estaban bailando sin nada más que la música en sus oídos.
Fueron
los momentos más placenteros de toda la semana.
Casi
pudo olvidarse de todo, casi…
El
hombre que bailaba justo a su lado derecho se movía contra otra mujer, comiéndose
a Sam con los ojos, era como si la mujer en sus brazos no fuera más que una
muñeca inflable.
-Idiota-,
murmuró ella mientras Kevin fruncía el ceño.
Ella
señaló con la mirada y él negó con la cabeza sonriendo.
-Los
hay en todos lados-, le aseguró.
Samantha
siguió el ritmo girando su cabeza hacia el otro lado.
Tenían
otros dos espectadores, pero esta vez, no la miraban a ella.
Sam
se echo a reír sin pensar, las chicas devoraban a su mejor amigo con los ojos,
¿Cómo podía ser posible?
¡Era
Kevin!
Lo
miró de nuevo y él le sonrió, un estremecimiento la recorrió entera, sin
explicación, era casi como si se diera cuenta de lo que ellas veían.
Su
cabello alborotado de un modo sexy, sus cejas pobladas y sus ojos casi tiernos
junto a una boca bien delineada y una mandíbula firme, con un leve indicio de
barba.
-¿Qué?-,
dijo él divertido acercando un poco su rostro, ella parpadeó y trató de
enfocarse.
-No
estoy contando las canciones-, aceptó ella mientras que Kev reía y se acercaba
a su oído.
-¿Importa?-,
le preguntó y Sam se dio cuenta que su respuesta era totalmente sincera.
-No,
no importa-, admitió, él sonrió y se movieron juntos.
Sam
se giró sintiendo la música, sus manos firmes en sus caderas mientras se movía
contra el otro cuerpo, pegando la espalda a su pecho, bailando al ritmo de la
canción.
Ambos
sintieron cuando ella rozó su erección creciente y ambos se detuvieron abruptamente, solo un segundo, solo un momento
de genuina confusión, luego él la giró de nuevo de manera juguetona y ella
sonrió tratando de alejar el extraño momento, aunque no pudo desaparecerlo por mucho
que lo intentó.
Debía
estar frunciendo el ceño por que él tocó su frente con un solo dedo y se acercó
solo un poco.
-Tu
deuda esta saldada-, le aseguró Kevin tomándola de la mano para terminar el
baile y alejarla hacia la barra.
Sam
suspiró sacando el aire que no sabía estaba conteniendo.
***
Nick
Colton nunca desaprovechaba un baile, mucho menos uno como el que estaba
recibiendo, la chica, de la cual no recordaba su nombre, estaba moviendo su
lindo trasero contra su erección, una invitación clara, podría jurar que su
pene ya había aceptado, sin embargo no lo estaba disfrutando, no del todo.
Su
atención permanecía hasta hace un segundo en la pareja a unos pasos, ellos eran
endiabladamente sexys juntos, él,
alto y de cabello castaño junto a la ninfa dorada, debía admitir que quizás
parte de su erección ya estaba ahí mucho antes que la chica comenzara a frotarse,
solo de imaginarlos sin ropa moviéndose igual ya había sido demasiado.
Bien,
no era la primera vez que tenía fantasías de esa tipo, igual y esta noche podría
conseguirse un trío solo por las ganas, pero eso no era lo que tenía apartada
su mente del deseoso cuerpo femenino.
Estaba
intrigado.
Hacía
demasiado tiempo que Nick no consideraba a la vida mas que aburrida, siempre
buscando algún entretenimiento.
Ahora
solo quería darle nombre a lo que había pasado, como de estar viendo una escena
tan sensual, la parejita de pronto había sido todo nervios, tensión y pasos
torpes hacia la barra.
No
lo entendía.
Nick
sonrió antes de que la chica se girara y buscará sus labios.
La
besó con una sonrisa dándole lo que ella quería, ya tenía un nuevo
entretenimiento y no se refería a la gata en celo.
:3 cara sonjorada.... comentare antes de leer!!!!! Dire un secreto... yo no he leido nada de la saga mas!!!!! Que mala lectora soy!!!!! Prometo ponerme al dia con ella!!!! un beso manita!!!!!
ResponderEliminarHolaaa CEL siiii esperaba está historia que la terminaras ufff a mi la saga Mas me encanta los que leí están fantásticos y este esperaba ansiosa por que continuaras yo leí los capis en el tintero así que que bueno que lo retomes estoy super felizzz! !!! Bueno el primer capi fue maravilloso!!! Besos y buen diaa!!
ResponderEliminarListo ya estiy mas que al corriente de la Saga Mas!!!!!! Mañana leere este Capitulo........ un besote
ResponderEliminarLo reitero me has hecho adicta a los Trios!!!!!!!!! jajajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarola!!!! llevo un tiempo siguiendo tu blog y me he leido todos tus libros y me encantan!!!!! quería oreguntarte que es el tintero?
ResponderEliminarEs el Blog anterior donde Cel publicaba sus libros!!!!!
ResponderEliminarBienvenida a nuestro placer!!!! :)