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martes, 16 de octubre de 2012

Más que Juegos

¡Hola Chicas!

No crean que me he perdido en el espacio... quizás entre líneas de código, pero aun en la tierra.


Espero pronto traerles nuevo capítulo de OTRA RAZÓN y APARIENCIAS. Además que a finales de Octubre vera la luz oficialmente el e-book de CRAZY listo para descarga.

Por lo pronto, comenzaré a subir una historia que tenía detenida por muchas circunstancias y que creo puede ser tiempo de terminar.

MAS QUE JUEGOS cierra la saga MAS, los capítulos finales ya están en la cabeza así que les iré dejando los capítulos ya presentados en El Tintero en su tiempo para las que quizás no hayan leído sobre esta historia...

Les agradezco infinitamente su paciencia de antemano.
Un abrazote.




Capitulo 1

Kevin Anderson caminó hacia el edificio donde compartía un pequeño departamento con Sam, estaba un poco más alejado de la USC que el resto de los dormitorios o fraternidades, pero al menos ellos no habían tenido que pasar por ridículas novatadas.
Tenía que admitir que recorrer esa distancia más de dos veces al día y sin haber comido era una pasada, pero no se iba a poner exigente o ¿sí?
Además le gustaba caminar, se había convertido en uno de sus pasatiempos favoritos ahora que ya no podía jugar futbol americano, ya fuera en la escuela o en el parque.
Kevin sonrió ante sus recuerdos, jugar con el profesor Esteban Teral después de clases en el instituto había sido su momento favorito por años, mucho influía el hecho de que precisamente su profesor se hubiera convertido en su primer amor de juventud.
Se podría decir que él jamás hacia algo a medias, era bueno en una cosa o muy malo, así que eligió para tener su amor inalcanzable a un maestro y ¡del sexo masculino!, para variar.
Él ni siquiera sabía sobre la sexualidad del profesor Esteban, pero al final tan práctico como Kevin era, sabía que aquello no llevaba a ningún lado, se conformaba con sus partidos por las tardes y al igual que sus amigos, iba por que el profesor era de verdad muy, muy genial.
Si lo pensaba detenidamente él jamás se preocupó porque le gustara un hombre y no una mujer, era un hecho, punto.
No tuvo problemas existenciales por ello.
No iba a discutir con la naturaleza.
Además Sam le había dicho que hasta ella esta algo enamorada del profesor, no era de extrañar, con ese cabello rubio y esos lentes casi intelectuales, era un sueño adolescente.
Kevin sonrió  y siguió caminando aun con buenos recuerdos en su cabeza.


Al llegar al edificio, tomó las escaleras hasta el tercer piso, mirando solo fugazmente las paredes de pintura gastada.
Abrió la puerta con su llave y sonrió ante la chica envuelta en una manta con un libro en su mano y la nariz casi metida entre las letras.

Su mejor amiga.

-Llegué-, anunció él mientras ella levantaba una mano y saludaba, sin otro movimiento más atento, Kevin negó con la cabeza sonriendo.
Era difícil comenzar a describir a Samantha Sims, era la mujer más hermosa que él hubiera conocido, claro que jamás se lo había dicho, ella lo golpearía por al menos tres razones diferentes solo por pronunciar las palabras.
Era también la mujer más inteligente con la que hubiera hablado y la más perdida con respecto a la moda que hubiera visto.
Lo ultimo por decisión propia.
Kevin sabía que Sam tenía muchas más posibilidades que él de ingresar a una fraternidad o avanzar en la escala social universitaria, pero elegía no hacerlo, no intentarlo siquiera.
Todo porque estaba empecinada a demostrar que era más que una cara bonita con un cuerpo porno, en sus palabras, no las de él.

Kevin caminó dejando sus cosas en el pasillo y se sentó en el mullido sofá que ambos habían colocado en el espacio entre sus dos habitaciones, el cual ocupaba casi medio departamento, solo quedaban por recorrer el cuarto de baño y la cocineta.

-¿Planeas hacer otra cosa hoy?-, preguntó por molestar.
-No, tengo mucho que estudiar-, dijo ella sin siquiera levantar la vista.
-Sam-, se quejo Kevin mientras ella sonreía por fin levantando sus hermosos ojos azules hacia él.
-Podríamos ver una película-, sugirió ella.
Lo más excitante en sus planes en el casi año que llevaban estudiando en la Universidad del Sur de California.
-Somos patéticos-, bromeó Kevin colocando su frente en el hombro femenino, Samantha rodeó los ojos, dejó su libro a un lado y le dio un manotazo juguetón.
-Ten la decencia de llamarme patética fuera de mi presencia-, se quejo ella y él sonrió levantándose del sofá yendo al pasillo solo para decir más fuerte:

-¡Somos patéticos!

Sam aun reía cuando regresó al sofá, ella se colocó el libro en el regazo de nuevo con las piernas cruzadas y le miró con un pequeño puchero.
-Prometo dejarme arrastrar al parque o al cine este fin de semana, ahora tengo demasiado que estudiar y todavía tengo ese engorroso trabajo de Literatura que me tiene…-, ella siguió despotricando sobre cómo leer novelas en vez de algún libro de estudio atrofiaba a las personas mientras Kevin sonreía un poco, como siempre hacía cuando planeaba algo.
-Yo lo hago-, le dijo mientras ella se detenía abruptamente.
-Repítelo-, exigió aun un poco confusa.
-Yo te hago el trabajo de Literatura, con la condición de que el viernes por la noche, te pongas una falda y vayamos a bailar-, condicionó mientras ella hacia una mueca.
-Y sé que sí tienes faldas, tu mamá te compró al menos dos antes de que viniéramos-, aseguró Kevin mientras ella lo consideraba, la ventaja era obvia, a Sam le interesaban más las materias indispensables para su carrera como Ingeniero Industrial, sabía que un futuro periodista como él, podría ser un mucho mejor trabajo de redacción.
-Una canción-, negoció ella y él la miró con los ojos entrecerrados.
-Diez-, sonrió
-Dos-, gruñó ella, encantada, una sonrisa bailaba en sus labios.
-Ocho-, dijo él acercándose
-Cinco y es un trato-, dijo ella ofreciéndole la mano sonriente. Kevin la tomó y supuso que aun seguían siendo patéticos si ella tenía que ser arrastrada por su mejor amigo para salir y él tenía que hacer antes del jueves un engorroso trabajo que ni siquiera aparecería en su historial.
Al menos sabía que valdría la pena.

***

El viernes por la tarde Kevin regresó al dormitorio cerca de las ocho de la noche, estaba cansado y tenía un ligero dolor de cabeza, a pesar de todo su cuerpo vibraba con la sola idea de salir.
Sam no se veía por ningún lado, miró hacia su habitación y frunció el ceño ante la puerta cerrada.
-Será mejor que te estés cambiando-, le gritó desde fuera y un gruñido seguido de un golpe a la puerta desde dentro fue toda su respuesta.
Se duchó y se cambió colocándose unos vaqueros, una camisa negra y su chaqueta oscura, al sentarse en el sofá, la puerta de Sam aun permanecía cerrada.
Esperó unos minutos más, varios minutos más.
Casi estaba dormido en una incomoda posición cuando ella salió.

Lo confirmaba, la más hermosa que él conociera.

Si no se contaba la cara de odio en la expresión de su mejor amiga, el conjunto era estupendo.
Se había puesto una blusa de tirantes negro que ayudaba a crear un contraste excelente con los mechones de cabello rubio que le llegaban hasta la mitad de la espalda.
La falda de mezclilla permitía ver sus moldeadas piernas y sus flats eran coquetos a pesar de que estaba seguro que unos de aguja funcionarían mejor.
No habían negociado los tacones y ella era lo suficientemente inteligente para reírse cuando él lo notó.
-Eres una tramposa-, le gruñó mientras salían.

Kevin había elegido el club al que se dirigían.
Era un lugar popular entre los estudiantes pero no tan selectivo como para que alguien elitista les arruinara la noche.
El lugar era oscuro, la decoración era austera pero el conjunto parecía casi decadente; los juegos de luces, formaban sombras interesantes, se podía oler el humo, el sudor y el alcohol entremezclados mientras bastantes personas se movían bailando en el centro del lugar.
-Cinco-, le dijo él al oído y se rió cuando ella rodeó los ojos y fue hacia la barra.

***

Contrario a lo que se pudiera pensar a Samantha le gustaba bailar.
Lo que no le gustaba era estar demasiado ocupada en quitar las manos resbalosas como para seguir el ritmo de la música.
De ser por ella, hubiera bailado cinco veces con Kev de un hilo y ya hubiera salido de ahí, pero a él le gustaba verla gruñirle a cada tonto que la miraba como si fuera un pedazo de carne.
-No te van a morder Sam.
-No puedes saberlo-, replicó ella molesta y tomó otro trago de su refresco
Él sonrió y sus ojos perdieron todo indicio de broma, se levantó de la barra y le tendió la mano.
-Vamos
Kev y ella habían bailado juntos muchas veces pero nunca tan cerca, mucho se debía a la cantidad de gente retorciéndose unos contra otros.
Se sentía extraño, Sam frunció el ceño y él se rió, acercando los labios a su oído.
-Olvídate de todo, vamos a divertirnos-, le sugirió mientras ella suspiraba.
Él le sonrió inundando su pecho de confianza y Sam asintió, moviéndose al ritmo de la música, dejando que llenara sus venas.
Las manos de su amigo se colocaron en su caderas y una de las de ella fueron a su nuca, le encantaba el pelo de Kevin, suave y abundante, no podía pasar mas de dos semanas sin un poco de tijera.
Pronto estaban bailando sin nada más que la música en sus oídos.
Fueron los momentos más placenteros de toda la semana.
Casi pudo olvidarse de todo, casi…

El hombre que bailaba justo a su lado derecho se movía contra otra mujer, comiéndose a Sam con los ojos, era como si la mujer en sus brazos no fuera más que una muñeca inflable.
-Idiota-, murmuró ella mientras Kevin fruncía el ceño.
Ella señaló con la mirada y él negó con la cabeza sonriendo.
-Los hay en todos lados-, le aseguró.
Samantha siguió el ritmo girando su cabeza hacia el otro lado.
Tenían otros dos espectadores, pero esta vez, no la miraban a ella.
Sam se echo a reír sin pensar, las chicas devoraban a su mejor amigo con los ojos, ¿Cómo podía ser posible?
¡Era Kevin!
Lo miró de nuevo y él le sonrió, un estremecimiento la recorrió entera, sin explicación, era casi como si se diera cuenta de lo que ellas veían.
Su cabello alborotado de un modo sexy, sus cejas pobladas y sus ojos casi tiernos junto a una boca bien delineada y una mandíbula firme, con un leve indicio de barba.
-¿Qué?-, dijo él divertido acercando un poco su rostro, ella parpadeó y trató de enfocarse.
-No estoy contando las canciones-, aceptó ella mientras que Kev reía y se acercaba a su oído.
-¿Importa?-, le preguntó y Sam se dio cuenta que su respuesta era totalmente sincera.
-No, no importa-, admitió, él sonrió y se movieron juntos.
Sam se giró sintiendo la música, sus manos firmes en sus caderas mientras se movía contra el otro cuerpo, pegando la espalda a su pecho, bailando al ritmo de la canción.
Ambos sintieron cuando ella rozó su erección creciente y ambos se detuvieron abruptamente, solo un segundo, solo un momento de genuina confusión, luego él la giró de nuevo de manera juguetona y ella sonrió tratando de alejar el extraño momento, aunque no pudo desaparecerlo por mucho que lo intentó.
Debía estar frunciendo el ceño por que él tocó su frente con un solo dedo y se acercó solo un poco.
-Tu deuda esta saldada-, le aseguró Kevin tomándola de la mano para terminar el baile y alejarla hacia la barra.
Sam suspiró sacando el aire que no sabía estaba conteniendo.

***

Nick Colton nunca desaprovechaba un baile, mucho menos uno como el que estaba recibiendo, la chica, de la cual no recordaba su nombre, estaba moviendo su lindo trasero contra su erección, una invitación clara, podría jurar que su pene ya había aceptado, sin embargo no lo estaba disfrutando, no del todo.
Su atención permanecía hasta hace un segundo en la pareja a unos pasos, ellos eran endiabladamente sexys juntos, él, alto y de cabello castaño junto a la ninfa dorada, debía admitir que quizás parte de su erección ya estaba ahí mucho antes que la chica comenzara a frotarse, solo de imaginarlos sin ropa moviéndose igual ya había sido demasiado.
Bien, no era la primera vez que tenía fantasías de esa tipo, igual y esta noche podría conseguirse un trío solo por las ganas, pero eso no era lo que tenía apartada su mente del deseoso cuerpo femenino.

Estaba intrigado.

Hacía demasiado tiempo que Nick no consideraba a la vida mas que aburrida, siempre buscando algún entretenimiento.
Ahora solo quería darle nombre a lo que había pasado, como de estar viendo una escena tan sensual, la parejita de pronto había sido todo nervios, tensión y pasos torpes hacia la barra.
No lo entendía.
Nick sonrió antes de que la chica se girara y buscará sus labios.
La besó con una sonrisa dándole lo que ella quería, ya tenía un nuevo entretenimiento y no se refería a la gata en celo.


6 comentarios:

  1. :3 cara sonjorada.... comentare antes de leer!!!!! Dire un secreto... yo no he leido nada de la saga mas!!!!! Que mala lectora soy!!!!! Prometo ponerme al dia con ella!!!! un beso manita!!!!!

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  2. Holaaa CEL siiii esperaba está historia que la terminaras ufff a mi la saga Mas me encanta los que leí están fantásticos y este esperaba ansiosa por que continuaras yo leí los capis en el tintero así que que bueno que lo retomes estoy super felizzz! !!! Bueno el primer capi fue maravilloso!!! Besos y buen diaa!!

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  3. Listo ya estiy mas que al corriente de la Saga Mas!!!!!! Mañana leere este Capitulo........ un besote

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  4. Lo reitero me has hecho adicta a los Trios!!!!!!!!! jajajajajajajajajajajaja

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  5. ola!!!! llevo un tiempo siguiendo tu blog y me he leido todos tus libros y me encantan!!!!! quería oreguntarte que es el tintero?

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  6. Es el Blog anterior donde Cel publicaba sus libros!!!!!
    Bienvenida a nuestro placer!!!! :)

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