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jueves, 4 de noviembre de 2010

Sostenme - Capítulo 3

Edward


“Poco a poco el comenzó a hablarme, sus ojos decían mucho sin palabras”
Maggie Cullen

Llenar papeleo pasadas las 3 de la madrugada era casi imposible, miré el reloj en mi pulsera una vez mas, solo habían pasado dos minutos, era insoportable, la cabeza comenzaba a latirme y deseaba mas que nada cerrar los ojos un momento, pero de ser así tal vez me quedaría dormido de pie.
La sala de urgencias estaba casi vacía a esa hora, el hospital permanecía en relativa calma, y estaba comenzando a odiar cada pared y cada ruido.
Pero el disgusto de un simple internista no debía de notarse, moví la cabeza para despejarme y seguí llenando el informe del último paciente en revisión hace dos horas.
Suponía que la diferencia con otras guardias era que llevaba casi 24 horas en el hospital, había estado cubriendo menos horas para poder vigilar un poco a Anthony y Tanya, contando con Bella el 24x24 parecía una buena opción.
Que idiota
El cansancio se combinaba con aquella pequeña incertidumbre detrás de la nuca, había dejado a mis hermanos con una persona que conocía hacia menos de una semana.
Le había llamado a Esme el día anterior y ella decía comprender la incertidumbre, pero también que debía confiar en su sobrina, ella mataría por Bella, eso no era algo que la esposa de Carlisle dijera a la ligera, tenía que darle una oportunidad y la verdad es que no tenía otra opción...
La conversación que había tenido Bella con Anthony sobre sus sueños y su rostro cuando salió de su habitación, me tranquilizaba en cierta medida, era como si supiera que ella jamás les haría daño, pues tenía la sospecha de que ella conocía lo que era el dolor y no se lo deseaba a nadie, yo también conocía aquel sentimiento.
Traté de centrarme de nuevo en el papel que tenia frente a mi cuando el chillante pitido de la alarma de urgencias sonó, anunciando la llegada de una ambulancia...o dos.
Se estacionaron en el acceso para vehículos mientras salíamos con lo necesario para la atención médica, el personal de la ambulancia bajó y un hombre de mediana edad comenzó a recitar los pormenores del accidente.
-Accidente de automóvil, tres personas involucradas, dos hombres y una mujer...-, su voz seguía hablando sobre el estado de los tres involucrados pero yo ya no podía entenderlo, en la primera camilla acomodaban a una mujer, el rostro estaba lleno de sangre debido quizás a alguna herida en su frente, parecía tener el brazo roto y estaba mortalmente pálida, yo solo miraba a una persona en aquella camilla y no era la paciente que acaba de llegar, alguien chocó contra mi brazo, parpadeé moviendo la cabeza y maldiciendo internamente mientras comenzaba a hacer lo que fuera necesario para atender a la paciente...
Déjalo, gritaba mi mente, pero mientras trataba de concentrarme seguía mirando los cuerpos de Maggie y papá una y otra vez.
Había ido a terapia y sabía que tenía que tranquilizarme e identificar a la persona en la camilla, reconocerla como una persona aparte y que necesitaba ayuda, pero muchas veces el decirlo era mucho más fácil que hacerlo…

Por fin dos horas más tarde la mujer y uno de los hombres estaban estables mientras que el tercero permanecía en cirugía, varias enfermeras comenzaron a recoger las cosas mientras yo respiraba, uno, dos, uno...
Recogí los papales que había dejado en uno de los recibidores y salí de urgencias sin mirar a nadie más.
Fui hasta la cafetería y compré un café mientras me sentaba en la última de las mesas, pasé las manos por los ojos, aun reprimiendo el temblor en el cuerpo, podía hacer mi trabajo, lo había demostrado, sin embargo aun dolía demasiado.
Tomé el primer sorbo del líquido caliente mientras me trataba de terminar por fin el papeleo.
-¿Puedo sentarme?-, preguntaron frente a mi, apreté mi mano contra la hoja un poco mas fuerte antes de levantar la vista.
Jessica era una de las enfermeras del área de terapia intensiva, no podía deducir por que siempre debía estar cerca en mis turnos, o quizás me daba cuenta de por que pero como le había dicho a ella, no me importaba.
Me encogí de hombros señalando la silla frente a mí, ella no dijo nada mientras se sentaba.
-Note que estabas algo distraído hace un rato-, comentó suavemente, agradecía que nadie como Jessica supiera sobre el accidente de mis padres.
-Ha sido un turno largo-, comenté mirando el papel.
-Si, yo...estoy algo aburrida-, su voz se tornó un poco mas baja casi sensual, lo dejé pasar esperando que ella lo hiciera, aunque bien sabia no tendría suerte.
-Edward...-, comenzó con voz suave
-¿Donde esta Victoria?-, le pregunté por cambiar de tema incluso cuando la respuesta no tuviera importancia
-Con James-, Jessica hizo una mueca mientras yo asentía, James era medico cirujano, un excelente cardiólogo, pero un mal esposo teniendo un aventura con una de las enfermeras del hospital.
-La lastimara, creo que ella se esta enamorando-, dijo Jessica en tono bajo casi confidencial
Negué con la cabeza alejando la sensación de intimidad
-Todos tomamos decisiones y debes vivir con las consecuencias-, le contesté mirándola fugazmente, sentí su mirada incluso cuando volví hacia los papales.
-Yo ya decidí Edward...lo sabes, no te pido compr...-, tomé los papeles y me levanté con la fuerza medida, la miré intentando hacerla comprender aunque sabia que era imposible, el único pecado de Jessica era ser insistente.
-No Jessica, no antes, no ahora, si no lo entiendes tu serás la que sufra-, me alejé mientras ella se quedaba inmóvil contra la silla.
Ella no podía entender, no podía comprender que odiaba la mirada anhelante con la que me veía, nada de eso servia, nada de eso cambiaba una maldita cosa.
No había estado con nadie desde Lauren
Había estado saliendo con ella en las vacaciones antes del último cuatrimestre de la Universidad, había sido con ella con la que había estado teniendo sexo cuando papá y Maggie murieron, no soportaba mirarme a mi mismo o a ella después de eso,  después de casi un mes del entierro ella cortó toda comunicación, se cansó de que ya no la tocara o hablara con ella.
Creí que era ella, deseaba que fuera ella, que al irse se fuera la culpa y el dolor, los recuerdos, el miedo, pero no fue así, los primeros tres meses después del funeral fueron un infierno y una de esas noches no podía mas, no quería estar solo conmigo mismo.
Fue a un bar y conseguí un ligue, estaba lo bastante borracho como para no preocuparme que Carmen esperara con los niños, estaba dolido por todo y quería olvidar aunque fuera solo un minuto.
Ella estaba ahí lista y dispuesta frente a mí, yo solo veía el accidente, solo recordaba mis pesadillas
Me fui de aquel lugar sin mirara atrás, había pasado casi un año y aun así Jessica provocaba la misma sensación, pánico.
Llegué a casa pasadas las 7 de la mañana, la cabeza estaba a punto de estallarme solo deseaba cerrar los ojos.
Abrí la puerta principal tratando de no hacer mucho ruido, el sonido proveniente de la cocina me desconcertó, dejé la mochila y las llaves en la entrada mientras caminaba lentamente hacia la cocina, no sabía exactamente que me había imaginado, tal vez solo no esperaba ver mas que una cocina vacía y preocupaciones infundadas 
Bella estaba recargada en la encimadera de la cocina, con una taza de café en una mano y la mirada perdida, casi como si no estuviera ahí, llevaba de nuevo la camiseta que parecía casi tres tallas mas grande y unos pantalones para dormir, su cabello estaba suelto enmarcando su rostro y bajando hasta mas allá de sus hombros, se veía tan frágil, caminé un paso mas, aun sin que ella se diera cuenta o yo quisiera que lo hiciera.
Me acerqué y ella por fin volvió su rostro, sus ojos estaban rojos, parpadeó como si se despejara y frunció el ceño mirándome, acorté toda la distancia hasta alcanzar el resto del café que había preparado.
-Buenos días-, murmuró
-No esperaba encontrar a nadie despierto-, le dije suavemente, ella miró su café encogiéndose de hombros delicadamente
-Me imagino
El silencio que siguió se extendió un poco más de lo que seria normal, pero no ansiaba romperlo, era tranquilo. Ella me miró de nuevo y yo noté la limpieza de la cocina, ella lo había hecho.
-¿Como te sientes, con todo el cambio?-, pregunté finalmente
-Ellos son estupendos-, comenzó y ambos sabíamos quienes eran ellos.
-Yo necesitaba esto...aun si no lo admitiera...gracias-, terminó con el rostro sincero y los ojos cristalinos
-Ambos sabemos que esto es un camino de dos vías, ¿no es así?, algún mal plan de autoayuda...-, traté de bromear y ella rió de modo poco sutil, casi como si fuera una broma amarga, lo era.
Me sentí como estupido, y ella no dijo nada mas, nos quedamos en silencio de nuevo
-¿Que hora es?-, preguntó un poco después
-Pasadas las 7, ¿No puedes dormir?-, contesté agradecido de que el extraño momento hubiera pasado
-A veces no es la mejor opción-, susurró y yo asentí, odiaba las pesadillas
-Si, y es un paso a la locura, ¿no?-, murmuré pasándome una mano por el cabello, ella me miró reprimiendo una tenue sonrisa, mirándome con ojos expresivos, como si por fin alguien entendiera, sonrió por un momento haciendo que yo hiciera lo mismo.
Pronto aquel gesto se esfumo y ella volvió a su fachada inerte, se disculpó y subió a su habitación de nuevo
Quise decir algo más pero una parte de mi sabía que nada de lo que dijera serviría para ella, no ahora...

Llegué a mi habitación después de haber pasado por la de Tanya y Anthony los había encontrado dormidos y serenos, cerré la puerta tras de mi y me recosté en la cama cerrando los ojos y deseando no soñar mas...
El cansancio debía ser un duro contendiente contra los remordimientos, me desperté con el cuerpo dolorido pero sin ninguna pesadilla, la luz del día ya entraba de lleno por la ventana, cerré los ojos fuertemente de nuevo y después miré el reloj de pulsera que marcaba las 2:25
Me levanté y me dirigí al cuarto de baño, después de ducharme y que el agua caliente relajara los músculos doloridos de mi espalda, me cambió con unos vaqueros y una playera y salí hacia el pasillo, la voz de Bella se escuchaba tenuemente a través de la puerta entreabierta de la habitación de los niños
Oí la risa de Anthony y miré a hurtadillas.
Bella veía a Tanya que estaba recostada en el cambiador, Anthony estaba al lado de Bella y miraba a su hermana con interés.
-¿Los viste?-, preguntó Bella con voz suave casi sonriente.
-No-, negó el con la cabeza.
-Ella no tiene-, dijo con vehemencia
Bella lo miró sonriendo
Hizo gestos hacia Tanya mientras le hacia cosquillas a los lados de su cuerpecito, la bebe se retorció y rió haciendo sonidos suaves batiendo las manos hacia ella.
-Mira-, señaló Bella a la cara de Tanya mientras Anthony aplaudía
-Tiene yuelos de Emet-, gritó mi hermanito mientras reía.
Ella lo miró con una sonrisa tenue en su rostro y ojos tristes, parpadeó varias veces antes de cargar a Tanya
Me costó solo un momento recordar el nombre, Esme lo había dicho algunas veces cuando me contó sobre la situación de Bella.
Abrí la puerta lentamente para avisar de mi presencia, ella me miró mientras Anthony corría hacia mí.
Edard!-, saludó mientras yo me agachaba para cargarlo.
El sonrió complacido con el gesto.
-Tengo yuelos de Emet-, dijo poniendo sus dedos índices a cada lado de mis mejillas.
-Genial-, asentí mientras Bella esquivaba mi mirada.
-¿Ya comieron?-, pregunté mientras Bella negaba.
-Yo no quiero verduras-, dijo Anthony mientras yo lo miraba.
-¿Recuerdas que si no hay verduras no hay postre?-, le dije mientras el fruncía el ceño, lo dejé de nuevo en el suelo y susurré a su oído.
-Yo te ayudo con las verduras-, murmuré mientras el sonreía, volví a ver a Bella antes de salir de la habitación
-¿Estás bien?-, pregunté
-Lo mejor  que puedo-, dijo y asentí, comprendiendo para mi sorpresa que ella no decía eso a menudo, confiaba en mi, así como yo comenzaba a confiar en ella…


7 comentarios:

  1. La verdad me he enamorado de esta historia. Casi me hizo llorar cuándo dijo que tenía los hoyuelos de Emmett.

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  2. Estoy con el corazon estrujado, nada mas de verles sufrir...

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  3. mmmmmmmmm...
    ¿esto va a ser muy lento verdad? Estan tan mal ambos, tan deprimidos, no los veo ni cerca de poder mirarse realmente el uno al otro...
    Y Edward quedo con panico al sexo... ¿pasaran mas de mil años muchos mas?
    deberemos sentarnos (a leer y) a esperar.
    Un abrazo.

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  4. Holaaa Cel!!! ohh diosss estan ambos super destrozadosss...edwardd estaa super mal y tristee!!! me encanto el capituloo...adoro como escribess...los doss cargann heridas muy grandess...y edward no quiere nada con ninguna mujeerr...y a bella con lo que le pasooo creo que tampocoo...pero bueno vamos a ver como se va desarrollando la relacionn de estoss doss...ambos pueden sanarse mutuamentee...te mando un besoo nos leemos en el que sigueee!!!adios!!!!

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  5. Me encanta la historia, la forma en la que se esta desarrollando y me gusta micho como escribes, tus frases, en especial esta: "El cansancio debía ser un duro contendiente contra los remordimientos" eres genial!!

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  6. que capi mas intenso, se me encoje el corazon de tanta pena que me dan estos dos.

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  7. asi q por lo q entiendo, edward aborrece el echo q el estivuera con una chica, no q se este culpando , bueno eso kreo
    saludos

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